Thursday, January 7, 2016

EstaDOS

Te lo explico: hay multiplicidad de ideas con respecto a qué es o puede ser, pero acá voy a hablar de dos visiones, a grosso modo, del Estado dentro de un sistema no anarquista. Es un post de un blog, no una ponencia teórica, así que discúlpeseme si hay simplificaciones.
Para alguna gente, el Estado somos todes; esto es, es una forma de organizarse que contiene a la totalidad de la población. Para quienes pensamos así, hablar de "el Estado" en tercera persona y como algo externo es un sinsentido. Quienes coincidimos (aunque sea en lo general) con esta idea vemos al Estado como un ecualizador de las diferencias creadas por el capitalismo en el que vivimos. El Estado, así, debería estar presente en cada lugar donde hay una necesidad o falencia creada de modo sistémico.
Para otra gente, el Estado es algo externo; una entidad de la que no forman parte, a la que no pertenecen y con la que no quieren tener nada que ver. Este grupo habla de "el Estado" como algo ajeno. Esa gente no cree que haya nada sistémico en las diferencias de clase, raza, identitarias o la que elijas. Estas son condiciones más o menos naturales de la existencia. El Estado debe, entonces, desistir de querer compensar diferencias y limitarse a ciertas funciones mínimas, que por supuesto incluyen el poder represivo sobre esa OTRA gente, la que vive las desigualdades del lado de abajo.
Desde ese punto de vista, cada vez que se ataca al Estado lo que se ataca es la capacidad de éste de trabajar para minimizar o eliminar desigualdades. En el mejor de los casos, porque se argumenta que la iniciativa privada lo hace más eficientemente. En el peor de los casos, porque lo que se busca es preservar el statu quo del que la gente que odia al Estado se beneficia.
Dicho de otra forma: en un país como la Argentina, quienes se benefician de un Estado grande y expandido son las clases bajas. Quienes quieren "achicar" el Estado, en nombre de eficiencias que nunca terminan siéndolo, son las clases dominantes. Porque el Estado gasta dinero, claro. Dinero que tiene que salir de algún bolsillo. Y las clases altas no hay nada que detesten más que poner plata "de ellos" para que se beneficien "lxs otrxs".
La clase media está en un lugar extraño: quiere la ayuda del Estado pero no quiere poner (demasiada) plata, aunque usufructa muchos de esos beneficios. Pero por cuestiones aspiracionales clasistas, de vez en cuando compra la idea de mierda de que hay que tener un Estado mínimo, o chico.

¿Por qué? Porque la clase media es una mierda. Y lo digo como parte de esa clase.

Friday, July 24, 2015

Átame

Hoy es 24 de julio, un día que para la gente BDSM como yo tiene un significado especial.

Su origen viene de los números que componen la fecha: 24/7, que es un estilo de relación muy mentada en el mundo BDSM y con la que yo tengo muchas reservas, que he discutido en otros espacios hasta el hartazgo (traducción: no pienso ponerme a hacer eso acá).

De forma independiente al génesis de la fecha, sí es importante su existencia. Es importante tener un día que nos celebre, que nos permita visibilizarnos, presentarnos frente a la sociedad sin los miedos habituales, que ayude a desmitificar una sexualidad que no es ni más ni menos compleja que otras sexualidades pero que está estigmatizada, que es vista con prejuicio, que es patologizada.

Como pasa o pasó con tantas otras identidades, el asumirse tiene dificultades internas y externas. Frente al deseo BDSM, la primer respuesta suele ser el miedo, la vergüenza o la autoflagelación. “¿Estaré mal de la cabeza?”, “No quiero que se entere nadie” y “No puedo creer que me gusten estas cosas” son frases que he escuchado o leído ya infinidad de veces. Y como toda sexualidad que nos conflictúa, el campo de batalla es en principio nuestra cabeza, en donde la sociedad tiene su propio loft enorme, desde el que nos dicta reglas sobre nuestro deseo.

A la gente BDSM se nos considera perversa, enferma, alejada de una sexualidad sana. Por supuesto, eso mismo se decía de gays, lesbianas, trans y todo el resto del universo LGTBIQ. Esa sensación de horror, rechazo e incomprensión frente a lo que es lo instintivo en nuestra sexualidad tiene un nombre: BDSMfobia.

Si bien la BDSMfobia tiene muchas aristas societarias (desde chistes hasta agresiones), la más insidiosa sucede cuando esa BDSMfobia se internaliza; allí es donde mayor daño produce. Cuando una persona se refrena de celebrar su sexualidad por prejuicios adquiridos acerca de qué es lo aceptable y qué no; cuando esa persona tiene miedo de estar “rota” o tener una enfermedad psicológica incurable. Esa tensión, análoga a la del gay que no admite su orientación y en consecuencia vomita homofobia por todas partes, es una incesante fuente de sufrimiento, y garantiza una vida lejos de la plenitud.

Pero la situación inversa, cuando se admite y abraza la propia sexualidad, es liberadora. Te cambia la vida, de forma literal. Entendés mucho más quién sos; podés trabajar para ser feliz de verdad. Y cuando alguien más te ve feliz viviendo lo que sos, por ahí se para un segundo a pensar.


Entonces, volviendo al tema de la fecha y de por qué es importante su existencia: quienes han participado de la lucha LGBTIQ entienden lo fundamental de la visibilización. Lo necesario que es mostrarse, llevar en alto el cartel de lo que se es, porque ese es el comienzo del cambio societario en el que ninguna expresión de la sexualidad entre adultos que consienten sea tildada de ninguna otra forma que de aceptable.

Tuesday, July 14, 2015

Der Traum ist vorbei

Mi abuelo Jesús, el valenciano republicano comunista que peleó en la Guerra Civil Española y que terminó en la Argentina, siempre me decía: "A Alemania habría que haberla dividido no en dos, si no en 50 países diferentes". Cuando cayó el Muro de Berlín y Alemania fue reunificada, el abuelo auguró lo peor.

Hoy, después de años de crisis económica europea, crisis que Alemania ha utilizado para dominar y humillar a sus supuestos socios y países hermanos, me inclino a pensar que quizá tenía razón.

Yo fui europeísta de la primera hora. La idea de un contiente unificado bajo los ideales de la democracia y el Estado de Bienestar me parecía de un humanismo hermoso, la mejor forma de escapar a siglos y siglos de conflictos y matanzas y una gran forma de contrapesar el poder hegémonico de los EE.UU.

Por eso mi tristeza al ver en lo que se ha convertido la UE: otro instrumento más de dominación política y financiera para obligar a los países a seguir, no el camino que eligen, si no el que les marca el poder más antidemocrático de todos, que es el poder financiero internacional.

Ojalá los griegos tengan la determinación para escaparse del fallido proyecto europeo. Ojalá puedan salirse del euro y que les vaya bien, y que otros países, entre ellos mi amada España, la tierra de ese valenciano que puteaba a los alemanes porque nunca olvidó ni perdonó la parte que tuvieron en la destrucción del sueño democrático que fue la Tercera República, sigan el camino heleno.

Ojalá esa mentira en la que se convirtió la Unión Europea, una cáscara vacía de ideales y completamente antidemocrática, explote por los aires, para que lxs europexs puedan realmente construir una Europa de los pueblos, y no de las elites.

Friday, July 3, 2015

A coger (en público) que chocan los planetas


Una de las cosas que más me han quemado la cabeza en estos dos días desde la intervención en FSOC es esa idea de mierda (si, "de mierda", pacata, prehistórica, católica) de que el sexo "es algo íntimo". Dicho así, sin explicación ni intervención ni matices ni subjetividades; sin un "para mí".

El sexo sería entonces algo reducido al ámbito privado, de preferencia amoroso (esos dos conceptos suelen ir de la manito); una experiencia que sí o sí es individual(ista), que no tiene nada de colectivo, nada que ofrecerle a la sociedad como conjunto, ninguna interpelación que valga la pena revisar en grupo.

Te digo: no. El sexo no "es" íntimo. Tampoco "es" público. El sexo es lo que vos quieras que sea. Habemos gente que creemos que el sexo es una herramienta: de placer, de conocimiento propio y de otras personas, de interpelación societaria, de descubrimiento y exploración de límites. Todo eso puede ser a veces íntimo y a veces público. De hecho, a veces necesita ser público.

Cuando lo es... vemos los resultados. No importa tu nivel de conciencia social o de clase, si decís "el sexo es algo íntimo" así de forma taxativa tenés que hacerte cargo de que te estás poniendo de un lado muy concreto de la historia y de las ideologías. Situar al sexo en el lugar absoluto de la intimidad lo sacraliza quitándole, al mismo tiempo, su capacidad revulsiva. “Lo íntimo” es un lugar aséptico cuando es compulsivado por la sociedad. Es otra forma de decir “vicios privados, virtudes públicas”. “Hacé lo que quieras, dentro de tus cuatro paredes”, porque si yo no lo veo, no existe. Y no quiero aceptar que existan otras formas de coger que la mía.

Dos personas garchando en un lugar público y de formas no socializadas parecen interpelar más que la carpa de los qom, que diez marchas protestando por algo, que una campaña política, que un voto en un cuarto oscuro.

No estoy calificando si eso está bien o mal. Pero siento que es evidente que, siendo la represión sexual uno de los pilares de la sociedad moderna, cualquier acción que implique des-sacralizar el coger al mismo tiempo que lo empodera es revolucionaria. A las pruebas me remito: gente de variados orígenes sociales y políticos se mostró escandalizada por una intervención de gente cogiendo en un espacio público. Parte de la izquierda “revolucionaria” (sí, abuso de las comillas, es un vicio que tengo) parada al lado del conservadurismo más rancio, cantando la misma canzonetta.

¿Por qué? ¿Qué botón se presionó? ¿Qué neurosis se activaron? ¿Qué pasa con coger en público? ¿Alguien quiere pensar en los niños?

Pasa que el sexo es algo íntimo. Algo que compartís con poca gente (de preferencia, una, y el resto de tu vida). El sexo es algo que debe ser contenido, regulado, reglamentado. Que no moleste a nadie. INTIMO. No sea cosa que le explote la cabeza a algúnx.

Por supuesto... "para mí".

Wednesday, June 3, 2015

Matar al macho

Leo por ahí respuestas horrorizadas a la consigna "Matemos a los machos": "No hay que matar a nadie", "Eso es violencia", etcétera. Como es habitual, alguna gente biempensante se pone mal de forma genuina y otra aprovecha la volteada para deslegitimar el reclamo de terminar con el machismo.

Entonces, hago un intento de explicación, particularmente para los varones que me leen:

"Macho" es una idea social y cultural. No se está pidiendo la muerte de las personas genéticamente XY. Se está pidiendo la "muerte" (o sea, la eliminación) del concepto de "macho". Esto es porque la idea esa, en sí misma, es intrínsecamente violenta (ser "macho" es tener supremacía física sobre otres; ser quien manda; cogerse muchas minitas; tener el pito grande; tener músculos; privilegiar la acción física por sobre la empatía y los sentimientos, etcétera) y se sostiene en la denigración de otras posibilidades de identificación personales, desde la femenina hasta otras masculinidades que no sean "de macho".

El macho es uno de los ladrillos fundamentales de la cultura patriarcal, heterocisnormada y, obviamente, machista. El macho es la norma que nos impone la sociedad a quienes nacemos con pene, ese molde que muchos no pueden transcender porque lo tienen naturalizado, o lo ven como lo bueno o deseable. Un macho toma lo que desea. Un macho hace, así sea por medios violentos. Un macho no debate, impone. Un macho lleva su pito (el real y el simbólico) todo el tiempo en la mano. Un macho viola. Un macho piropea. Un macho cela a "su" mujer.

El concepto de macho es diametralmente opuesto a la idea de #NiUnaMenos, porque entre otras cosas jerarquiza a los machos por encima de toda la demás gente, los entrona, los idealiza. En particular, reduce a la mujer a un objeto de deseo y nada más, una entidad sin agencia propia, que tiene que estar pendiente de los deseos del macho.

Si realmente queremos una sociedad más justa e igualitaria hay mucho trabajo por hacer, muchas barreras que derribar, muchas mentes que convencer, muchas acciones posibles para acercarnos a ese objetivo. Matar al macho es un buen lugar por el que empezar.

Monday, June 1, 2015

Breve (e incompleta) guía para que no preguntes ni digas boludeces frente a la manifestación ‪#‎NiUnaMenos‬

-La violencia de género es una forma de violencia institucionalizada, invisibilizada y sistemática que afecta a las mujeres por su condición de tales. Esto no quiere decir que no haya mujeres que ejerzan violencia sobre varones; es obvio que eso existe. Pero ese no es un acto de opresión del género femenino sobre el masculino; no existe “violencia de género” sobre los varones. No hay varones que sean sistemáticamente asesinados, violados u oprimidos por ser varones (salvo los varones trans, pero para el machismo patriarcal “varón” es sólo quien nace con pene).
-La violencia de género es una herramienta de disciplinamiento que la sociedad patriarcal y machista ejerce sobre las mujeres para mantenerlas en un estado de inferioridad con respecto a los varones. Es uno de los mecanismos de sometimiento que ejercemos sobre los cuerpos y mentes de las mujeres. Algunos ejemplos de violencia de género son los femicidios, las violaciones, los piropos, la prohibición del aborto y la inferioridad salarial.
-La violencia de género tiene que ver con la identidad autopercibida de las personas así que, sí, las mujeres trans también sufren la violencia de género (además de sufrir violencias particulares por ser trans). Decir que una mujer trans no sufre violencia de género no sólo es falso, sino que además es una demostración de ignorancia o de transfobia.
-Responder a las demandas de terminar con la violencia de género diciendo “hay que terminar con todas las violencias” es, también, una demostración de ignorancia o un intento deliberado de embarrar la cancha, y por ende no efectuar ningún cambio. Más allá de que quizás sea imposible eliminar por completo a “la violencia” de la experiencia humana (pero esa es otra discusión), la violencia de género es sin dudas la forma de violencia existente más generalizada de la sociedad porque afecta directamente a todas las mujeres, esto es, según la zona geográfica, a la mitad o más de la población. Si eliminamos la violencia de género habremos dado un paso concreto muy real para acercarnos a terminar con la suma total de violencia que afecta a nuestra sociedad.
-Terminar con la violencia de género no es sólo un trabajo de mujeres: involucra a toda persona que crea en la igualdad y en la justicia, porque una sociedad sin violencia de género será una sociedad más justa y más igualitaria.

Friday, April 10, 2015

Ayudamemoria

Pequeño ayudamemoria para saber si tenemos privilegios:

Si sos hombre, tenés privilegios. Si sos blanco, tenés privilegios. Si tenés dinero, tenés privilegios. Si sos heterosexual (o lo parecés), tenés privilegios. Si sos católico, tenés privilegios. Si tu identidad de género se corresponde con la que te asginaron al nacer, tenés privilegios. Si tenés una sexualidad no patologizada, tenés privilegios. Si sos monogámico, tenés privilegios. Si tu cuerpo se corresponde con los ideales societarios de belleza, tenés privilegios. Si tenés todos tus sentidos, tenés privilegios. Si tenés libre uso de todos tus miembros, tenés privilegios.

No es tan difícil, amigues.